Vivimos en continua tensión, con continuas decisiones.

Nunca pienses que esconder tu opinión tendrás más existo, pero tampoco pienses que lo tendrás si la publicas.

domingo, 30 de enero de 2011

Parece mentira

pero me siento incompleta. 
Destruyamos el mundo, luego, si quieres, te ayudo a construirlo otra vez. Que mejor momento que uno en el que no haya más que un beso y una lágrima mezclados. Pura felicidad. Destrucción y Construcción. Sin preguntas, sin respuestas. Todo vale, no hay reglas, no hay normas. Como quieras, como quiera. ¿Jugamos?

Antes de que respondas, debo decirte algo. Si tu respuesta es si, pueden juzgarte, si es no, también. 

jueves, 30 de septiembre de 2010

En dos segundos contemplé como apareció una luz fuerte y potente antes mis ojos, y también observé la facilidad con la que desaparecía, más tarde escuché voces, y luego pasos que corrían en mi dirección, entonces pitidos incómodos se apoderaron de todo el ambiente, empecé a notar el tacto de unas manos suaves y delicadas en mi cuello, me estremecí por el frío que éstas me transmitían, quise ponerme de pie, pero fue inútil, decidí concentrar todas mis fuerzas en poder abrir los ojos, pero es que ni siquiera sentía mis párpados, nunca me había sentido así, oí el ruido de una sirena, creí que sería una ambulancia, posiblemente lo fuera, pero nunca podré estar seguro, porque fue justo ahí cuando perdí el conocimiento por completo. 

Me desperté al oír la melodía de un móvil que anunciaba una llamada, escuché una voz familiar contestar a ese sonido, y entendí como esa chica decía que los médicos le habían dicho que se alguien se recuperaría, pero ¿quién? abrí los ojos, y contemplé a la chica, que al darse cuenta que la estaba mirando aplazó la llamada para otro momento, me sonrío mientras se sentaba en un hueco que había de mi cama, y la reconocí, es mi hermana, pero ¿qué hace en mi habitación? 

Y entonces lo entendí todo, no estaba en mi habitación, y esa persona que se recuperaría era yo. 

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Despacio, muy despacio, rozando el movimiento pero sin tocarlo, disfrutando cada paso, cada segundo.
Esa era la finalidad, pero es tarde, perdí todo mi tiempo en preparar los lugares en los que tenía que pisar en cada momento, poniendo colchonetas en el suelo para no hacerme daño si caía.
¿Para qué tanto esfuerzo? Si ahora siento la necesidad de empezar de cero, hacer como si el pasado no existiera, volver a empezar, construir mi vida, otra vez, agitándola, y sin darle forma, marcando las huellas que vaya dejando, sin vergüenza sin arrepentimiento, dejar la prudencia escondida y seguir, seguir adelante y no mirar hacia otro lado. Quiero saber si hay más formas de sentir la felicidad. Quiero flotar en el tiempo, sin caer, sin que exista la gravedad, sin miedo, pero con adrenalina. 


Y es que la palabra perfección, es sólo eso, una palabra.